Kenyon, Vince Carter, Richard Jefferson y Dirk Nowitzki grabaron un video tributo que fue transmitido en las majestuosas pantallas del estadio. Entrenadores que dieron las primeras enseñanzas a Kidd también estaban presentes para ver como se elevaba el número 5. Rod Thorn presenció la ceremonia sientiendola en parte como propia. Fue el manager que puso las piezas sobre el tablero para que durante algunos años la franquicia disfrute las mieles de los reflectores. En 2002 a la llegada de Kidd le adhirió a un joven Kenyon Martin, a Richard Jefferson, Kerry Kittles y Keith Van Horn.
Cuando Thorn tomó el trabajo de director de operaciones en 2000 la gente decía que estaba loco. "Siempre pasa algo malo en allí (en referencia a New Jersey)" era el comentario general a lo que Rod Thorn respondió con "¿Por qué estos chicos no pueden ser buenos?" y comenzó a tomar decisiones. Cambió a Marbury por Kidd y lo explicaba de esta manera "...Stephon era un joven All-Star, tenía un gran futuro, pero no le gustaban sus compañeros, no le gustaba jugar con ellos y pensaba que no eran lo suficientemente buenos. En cambio a Kidd no le importaban los puntos que convertía entonces a todos le gustaba jugar con él. La qímica era genial". Los Nets ganaron la Conferencia Este en 2 ocasiones mostrando que podían lograr algo.
Esos años fueron simplemente un outlier, un punto fuera del orden, para la franquicia que a lo largo de su historia nunca pudo despertar cariño entre sus fanáticos. Las crónicas de los periodistas cuando los Nets hacían de locales durante los 90´ mostraban que estaban allí solo para hablar del rival y el local era simplemente una pieza accesoria. Jack McCallum, periodista de Sport Illustrated, contaba que le gustaban los juegos de local de los Nets porque era la oportunidad ideal para entrevistar a los jugadores del equipo contrario. Los rivales usualmente venían más relajados porque sabían que podían ganarle a un rival inferior como los Nets. Estaban más predispuestos porque habían dormido tranquilos si estaban en las cercanías del estadio o venían con una inyección de adrenalina que solo se consigue con las luces de Manhattan.
Es difícil para un equipo conformar una base sólida de fanaticos a la sombra de los Knicks. En 1967 estos últimos forzaron a que los Nets hagan base en New Jersey porque no querían competir con otra franquicia en uno de los mercados más grandes de USA. Los Knicks vendieron sistemáticamente más tickets que los Nets aún en temporadas malas del equipo de la Gran Manzana. Aún los Nets del 2002-2003 que llegaron a la final de la NBA no conisiguieron el cariño de la gente. En los partidos entre Nets-Knicks en New Jersey en donde Kidd destrozaba a los Knicks el aliente podía escucharse de todas maneras en favor de estos últimos. En el anteúltimo juego en su estadio en New Jersey antes de mudarse a Brooklyn contra los Knicks en donde uno podría imaginar una alta dosis de sentimentalismo el equipo local no era el favorito. Fred Kerber quien cubrió los Nets desde 1995 contaba "Estaban en el medio de una remontaba y el 90% del estadio estaba gritando en contra de ellos. Es algo triste".
No sorprende entonces que haya un intento por cambiar al equipo completamente. La compra por parte del multimillonario ruso Mikahil Prokhorov en 2009 revolucionó absolutamente todo. Si bien la idea daba vueltas desde 2005 finalmente los Nets dejaron New Jersey para mudarse a Brooklyn en búsqueda de un pedazo de torta más grande. Hasta el punto tal de tener un equipo que actualmente aspira a quedarse con el título con una plantilla carga de All-Stars y comandada justamente por Kidd.
Es el mismo Kidd el que representa una conexión entre aquellos magros días en New Jersey mientras los Brooklyn Nets tratan de formar una franquicia sin mirar atrás. Así como las familias tratan de que los trapos sucios queden en casa los Brooklyn Nets tratan de presentarse como una franquicia que nada tiene que ver con aquellos grises días en New Jersey. Esa franquicia que nunca pudo contagiar entusiasmo entre los hinchas busca un nuevo comienzo en Brooklyn, más cerca de las luces de la Gran Manzana, y con una billetera mucho más cargada. En la ciudad donde el dinero nunca duerme el respaldo de un multimillonario es la mejor carta de presentación. No deben olvidar, de todas maneras, que si los hinchas de los Knicks cruzaban el Hudson para ir a New Jersey de la misma manera cruzarán el East River para llegar a Brooklyn.
En este marco el retiro de la camiseta de Kidd luce como un torbellino de sensaciones que mezcla el merecido reconocimiento individual por el pasado y una franquicia que solo quiere mirar para adelante. Kidd será el comandante del barco de los Brooklyn Nets por un par de años de no mediar una catástrofe. Es irónicamente la figura de Kidd la que recuerda las calles de New Jersey en una franquicia donde preferirían que el pasado nunca hubiese existido. La camiseta de Kidd fue retirada entonces en una casa que poco tiene que ver con su casa.
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