lunes, 21 de octubre de 2013

61. Un punto por cada año como homenaje.

Era el 17 de Noviembre de 2002 y un chico de 18 años de West Forsyth High School llevaba 59 puntos en el partido. Quedaban un poco menos de 2 minutos en el juego, tiene el récord histórico a unos 8 puntos, se eleva en el aire y recibe un foul. La pelota coquetea con el aro, cae dentro dándole dos puntos más que ahora son 61. Tiene un tiro libre más, recibe la pelota de manos del árbitro, corre una lágrima por su rostro y deliberadamente falla el tiro. Mira al banco, hace contacto con su entrenador y pide que lo saquen del juego. No va directamente al banco de suplentes sino que corre hacia sus padres a fundirse en un abrazo envuelto de épica y sentimiento.





Dos días atrás Nathaniel Jones fue abordado por 5 jóvenes, ataron sus muñecas, pusieron cinta adhesiva en su boca, y lo golpearon hasta que su corazón dejó de latir. Nathaniel tenía problemas cardíacos que implosionaron por el stress de la situación. Querían su billetera y se llevaron, además, a una de las personas más queridas de Carolina del Norte.

Probablemente el que haya preguntado por Nathaniel Jones en Carolina del Norte recibió como respuesta una cara de desconcierto. Todos lo llamaban "PaPa Chili" y fue el primer hombre de raza negra en abrir una estación de servicio en dicho estado. Criado con otros códigos basaba su espíritu en la ley de la confianza esa que cada vez suena más desconocida en nuestros días. Esa Chevron que abrió en 1964 generó una relación especial con sus clientes ya que tenía el aire de negocio familiar. Su nieto trabajaba en los veranos junto a PaPa Chili en la caja registradora, cambiando neumáticos o reparando filtros de aire. La estación solo cerraba los días en que el nieto disputaba partidos de basquet.

Allí estaba su abuelo en cada paso del camino incluso cuando realizó su sueño de firmar un contrato para jugar basquet en Wake Forest University. El 14 de Noviembre de 2002 familiares, amigos y compañeros de clase se reunión en el gimnasio para mirar como ese joven que cambiaba sus neumaticos firmaba su carta de intención para jugar el deporte que amaba. Su abuelo emocionado dijo que iba a recordar ese día por el resto de su vida. Lamentablemente al siguiente día fue abordado por sus atacantes.

Su nieto estaba mirando un partido de fútbol americano universitario cuando un primo le dio la terrible noticia. Su abuelo, ese que el consideraba su mejor amigo, había sido asesinado a la edad de 61 años. No alcanzarían las palabras para describir lo conmocionado que estaba al enterarse del trágico hecho. Se preguntaba como podía retornar a la cancha a jugar sabiendo que su abuelo no estaría ahí. Su tía le mencionó que como homenaje a su abuelo podía salir a jugar el próximo partido y hacer 61 puntos. En la mente de ese chico la idea sonaba muy bien pero se decía a si mismo que no había forma de realizarlo.

Solo dos días después del asesinato decidió que iba a intentar el homenaje a su abuelo, sonaba como una locura pero iba a intentarlo. Le pidió a su entrenador que no lo sacara del partido que había algo que tenía que hacer. Solamente en el segundo cuarto el chico había anotado 24 puntos y para el final del partido ya estaba cerca de conseguirlo. A medida que su cuenta de puntos crecía el murmullo en las tribunas comenzaba a crecer sobre lo aquel chico estaba intentando hacer. Como dijimos al comienzo del post, alcanzó los 61 puntos luego de un doble y falta que lo mandaba a la línea con la posibilidad de tener un punto más. Un punto por cada año de su abuelo. En este contexto se entiende porque aquel chico decidió errar ese último tiro para que su cuenta de puntos quede en 61 y pido el cambio. Nunca se cruzó por su cabeza quedarse con el récord histórico solo importaba el homenaje a su abuelo.

Hoy ese chico de 18 años es probablemente el mejor base de la liga en la NBA. Nominado durante 6 años consecutivo al All-Star game en donde en 2013 ganó el MVP, Rookie del año en 2006, 2 veces líder en asistencias y 5 veces líder en robos. Chris Paul dice hoy en referencia a su abuelo "Me enseño más cosas de las que podría aprender en cualquier doctorado (...) Para aquellos que preguntan como llegue a ser el jugador que soy hoy les digo que llegue a serlo solo por las otras personas...". 



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