Prigioni: Un arquitecto en la gran manzana

El final de la carrera de Pablo Prigioni en la NBA no es más que la frutilla de una carrera notable. Antes de comenzar la temporada 12/13, los reclutadores de New York (NY) pusieron sus ojos en un base que la rompía en España pero les generaba dudas su edad. La negociación cerró en un año de contrato con el salario mínimo para un jugador de NBA. Por un lado NY sabía que si la apuesta salía mal solo arriesgaba el mínimo pero a Prigioni no era el dinero lo que le importaba. Quería su oportunidad. Mostrar que tenía el carácter para tener impacto en la NBA más allá de ser el rookie de mayor edad en la historia de la liga. En vez de pagar para ver el argentino le ofreció a NY ver y luego pagar.

En su primer partido de pretemporada sus 14 puntos y 4 asistencias en 21 minutos dieron que hablar a la Gran Manzana. El debut se vio postergado unos días por el huracán Sandy pero el estreno llegó nada menos que contra Miami Heat (MIA). Fueron 16 minutos en los dio 3 asistencias y un par de rebotes. Los primeros pasos estaban dados y los cimientos colocados en su lugar. El arquitecto del juego comenzaba a poner las bases.

La primera mitad de la temporada aporto desde el banco aprovechando los minutos que tomaban Kidd y Felton para descansar. Lentamente sus compañeros iban entendiéndolo. Mostrando la importancia del pick and roll, ese mismo que ejecuta a la perfección con Luis Scola, daba pinceladas FIBA en plena NBA. Mike Woodson, quien todavía lo miraba con desconfianza, iba entendiendo la claridad mental de Pablo.

Escena cómica al comienzo de la temporada donde Spike Lee, habitué de la primer fila del Madison, le regala un par de zapatillas a Pablo con los colores de NY. Hasta ese momento había usado unas con color púrpura que le recordaban a Los Angeles Lakers (LAL) al cineasta.

Los elogios fueron apareciendo en el horizonte: Woodson (DT) “Tiene todo lo que me gusta en un base, es un jugador muy generoso y entiende el básquet como pocos” Carmelo "..Pablo es muy bueno. Siempre le pasa la pelota al mejor ubicado para que tire...” 

De tal forma entendió el entrenador la importancia de Pablo que sobre el final de temporada lo puso como titular. Ya no había dudas sobre su edad y su físico. Ese jugador que rechaza usar hielo luego de los partidos mientras sus compañeros se envuelven literalmente en el mismo. Ese jugador que lleva una estricta dieta alimenticia libre de gluten y cumple con sus religiosas 8 horas de sueño habían logrado la titularidad. El edificio de Pablo estaba cerca de terminar. Con Prigioni de titular sumaron 13 victorias al hilo y terminaron segundos en el Este.

El cierre de temporada vino con malas noticias. Un esguince de tobillo puso en peligro el comienzo de los playoff. Ahora eran los diarios americanos que se preguntaban cómo iba a suplantar a Prigioni el equipo de NY. Las cosas habían cambiado demasiado desde el comienzo de la temporada regular. Se perdió el primer partido pero al segundo juego ya estaba de vuelta. Ese físico privilegiado lo había hecho de nuevo. Con buenas decisiones sobre todo con buena selección de tiros lograron dejaron atrás a Boston en un serie que se complicó más de lo esperado. Hacía 13 años que NY no lograba romper su karma de pasar la primera rueda de playoff.

Llegó Indiana quien robó el primer partido en NY. La revancha marcó uno de los puntos más altos de la temporada para Prigoni. Con 10 puntos en total pero 5 al hilo en el último cuarto se llevó una ovación del Madison que será muy difícil de olvidar. Si bien NY no pudo pasar la serie contra Indiana el balance era positivo para Pablo.

El arquitecto del juego había terminado de crear su edificio y estaba plantado en plena quinta avenida. El contrato había llegado a su fin pero NY no dudó en volver a firmarlo. Esta vez fue NY quien quiso pagar para ver.